Revista Mensaje N° 695: «¿Qué constituyente queremos?»

El 11 de abril los chilenos votarán para elegir a los integrantes de la Convención Constitucional que, en el curso de nueve a doce meses, participarán en la redacción de una nueva Constitución para Chile.

«REPRESENTANTES EFECTIVOS» Alfredo Castro. Actor.

Me impresiona que tanta gente quiera ser constituyente. Me asusta que muchos piensen que basta con tener una muy buena idea para merecer integrar la Convención. En primer lugar, en ella deben estar personas que acrediten solvencia ética y capacidad crítica, y que su desempeño dé garantías de respeto. Sobre todo, quisiera que los constituyentes sean efectivos representantes de sus bases, que sean elegidos por sus pares, quienes dan fe que esa persona los representa. Igualmente, deben ser personas instruidas en los temas legales y constitucionales relativos al sector que representan. Esto último es muy serio, porque se trata del futuro del país, de las nuevas generaciones. Me han ofrecido ser constituyente y he dicho que no, porque no soy experto en el tema cultural. Puede que sea «conocido» por las personas, que piense sobre la realidad y la proyección de mi sector, pero eso no es suficiente. Me parece un despropósito ser «conocido» y estar en la constituyente, porque con ello uno queda de alguna manera «marcado» por un pensamiento e ideología.

«COMPROMISO DEMOCRÁTICO» Lucía Santa Cruz. Historiadora.

Lo principal es tener un compromiso inclaudicable con los principios democráticos, la tolerancia y la capacidad de entender argumentos contrarios. Me parece muy importante que conozcan la historia constitucional de este país, así como de la historia de la democracia. En vista de que la tarea es escribir una nueva Constitución, es importante tener los conocimientos legales y de lenguaje necesarios para eso. Por supuesto, debe haber diversidad en muchos sentidos, pero me parecería muy bueno que haya un núcleo duro con las características que he mencionado. Es básico que los constituyentes sean, todos, ciudadanos muy comprometidos con un rechazo absoluto al uso de la violencia para afrontar los retos que tiene el país, variable que me preocupa por lo que hemos observado en el último tiempo en el país. Asimismo, importa que tengan una conexión con las necesidades de todos los sectores del país.

«TOLERANCIA, RESPETO Y CAPACIDAD DE DIALOGAR» Mario Waissbluth. Centro de Sistemas Públicos, U. de Chile.

Es difícil pensar en UN constituyente perfecto. Necesitamos una combinación de diferentes visiones y experiencias. Pediría rasgos comunes y fundamentales: tolerancia, respeto por los demás, y capacidad de dialogar sin estridencias ni consignas. Si llegamos a ver en la convención escenas tan patéticas como las que hemos visto en el Congreso, estamos perdidos. También quisiera que fueran personas estudiosas, que hayan al menos estudiado la Constitución actual y las propuestas de miles de mesas de trabajo constitucional organizadas durante el gobierno de Bachelet: estas son un avance respecto a lo que la gente quiere y necesita. Me gustaría mucho que un subgrupo de los constituyentes tuviera conocimiento o experiencia sobre la compleja disciplina del derecho constitucional. Pueden ser profesores universitarios, o bien exparlamentarios o exministros que hayan vivido los problemas que presenta la Constitución actual. Luego, debe haber personas que expongan con claridad las ideologías en pugna en el país. Necesitamos que desde las diversas vertientes se puedan poner de acuerdo en el modelo de país que necesitamos, a lo menos, en sus reglas básicas. Finalmente, es importante que estén representados diversos estratos o grupos que NO forman parte de la elite de costumbre: por cierto, representantes de los pueblos originarios, organizaciones ciudadanas y también pymes, sindicatos, científicos, campesinos, agricultores y emprendedores.

«MIRAR LA HISTORIA CONSTITUCIONAL» Iván Jaksic. Historiador.

En vista de que la nuestra es una sociedad diversa, que ha cambiado mucho en las últimas décadas, me parece que lo mejor es buscar consenso en torno a ciertas orientaciones generales. En primer lugar, idealmente, ojalá a la Convención Constitucional concurra gente informada de la historia de Chile, de su historia constitucional, y que esté motivada por el bien del país. Hay experiencias desde el siglo XIX que son de gran riqueza en ese ámbito y que podrían ser una base de información para redactar la Carta que nos va a regir por las próximas décadas. Los constituyentes deberían valorar esas vivencias pasadas. Ver qué funciona y qué no. Quisiera también que sean personas interesadas en informarse de los procesos constituyentes registrados en otros países. Se hace necesario que la Convención esté integrada por ciudadanos que genuinamente quieran conversar civilizadamente para lograr normas constitucionales verdaderamente consensuadas. Que no sea lo que quiero yo ahora, o para mi particular identidad grupal. Esto implica apertura a las opiniones de los otros y un esfuerzo de parte de todos para que terminemos con el diálogo de sordos que ha predominado hasta el momento.

«ESPACIO REAL Y AMPLIO PARA LOS INDEPENDIENTES» Ignacio Sánchez D. Rector P. U. Católica de Chile.

Es una pregunta importante ante la tarea de construir una nueva Constitución que nos lleve al anhelado camino de un desarrollo integral del país. Es tiempo de buscar la mayor representatividad con quienes puedan aportar, desde sus propios conocimientos y realidades, a la construcción de un futuro en común. Los partidos levantarán sus candidaturas, pero es importante que haya un espacio real y amplio para las personas independientes. Debemos elegir a quienes tengan conocimiento y experiencia —en este ámbito, la academia tiene mucho que aportar— junto a otros constituyentes que tengan la vivencia y el sentido de realidad en todos los aspectos que esta Constitución involucre. Hombres y mujeres de amplia representación y procedencia, representantes de pueblos originarios, habitantes de todas las regiones del país, de diferentes profesiones, oficios, grupos etarios y condiciones socioeconómicas. Personas que vivan y sientan lo que el país necesita para un desarrollo que incorpore a todos sus habitantes. Buscar amplios consensos, el sentido de comunidad nacional y bien común, altura de miras, el centro puesto en la dignidad de la persona, en el futuro de Chile y sus habitantes son los aspectos que deben guiar a este grupo de constituyentes. Es un gran desafío para asumir por parte de quienes resulten electos.

«PERSONAS SOLIDARIAS» Abraham Santibáñez. Periodista.

Lo esencial es que sean personas de buena voluntad y solidarias, pues si en este proceso nos estamos jugando las próximas décadas, debemos elaborar una nueva Constitución que contenga normas que incorporen efectivamente las necesidades de todos. Recién con el estallido social del año pasado mucha gente comenzó a tener conciencia de lo que ocurría en Chile, en cuanto a que hay muchos que se sienten postergados y que el desarrollo no está llegando a todos. Por lo tanto, los constituyentes debieran reaccionar a esta situación, fomentando normas que faciliten la convivencia, la justicia social y la solidaridad. Necesitamos una sociedad más solidaria, en la que quienes tienen más dejen de lado la ostentación: esa debe ser una inspiración básica. Esa visión es la que necesitamos para construir una nueva Constitución, que nos permita finalmente a todos contribuir a un esfuerzo de justicia y fraternidad.

«CONVICCIONES Y CORAJE» Constanza Hube. Abogada. I. Libertad y Desarrollo.

Un convencional constituyente tiene que ser una persona de convicciones claras respecto de sus creencias. Debe ser valiente para defenderlas siempre, aunque exista un ambiente adverso. Esto puede implicar necesidad de tener con coraje. Al mismo tiempo debe ser alguien que esté abierto a dejarse persuadir por los argumentos de quienes piensan distinto. el argumento de alguien que piensa distinto. Así se construyen sociedades.

«REPRESENTAR VERDADERAMENTE AL PAÍS» José Maza. Astrónomo U. de Chile. Investigador Centro de Astrofísica ATA.

Los constituyentes deben representar verdaderamente al país. Eso implica que deben estar en la Convención asumiendo la paridad de género, una adecuada representación geográfica —incorporando personas desde Visviri a Tierra del Fuego— y diversidad de etnias, así como la composición de la Convención debe integrar a personas de diferentes disciplinas profesionales y técnicas. Tiene, por supuesto, que haber obreros, campesinos, mineros, artistas, científicos y profesores. También, discapacitados. De los dieciocho millones de chilenos, la inmensa mayoría debe estar con alguna representación en esa instancia, porque la Constitución debe ser para todos y hacer que todos nos sintamos cómodos con ella. En el mismo sentido, es importante que ellos tengan una efectiva preocupación por la educación, interés en apostar por el desarrollo de la ciencia y la tecnología (ojalá se pueda aumentar diez veces la que hoy en día se hace), disposición a generar normas que hagan que Chile se industrialice —y que el Estado asuma esa tarea, si los privados no pueden o no quieren hacerlo— y convicción en la necesidad de que es imprescindible una descentralización/regionalización. Con lo anterior, podemos dar pasos para hacer del nuestro un gran país.

«CONSTRUCTORES DE CONFIANZA PÚBLICA» Christian Schmitz V. Rector U. Católica de la Santísima Concepción.

La sociedad chilena nunca ha sido tan abierta, heterogénea, diversa, pluralista y compleja en su estructura. Una creciente proporción de la población tiene una mirada progresivamente crítica y relativa en la forma de percibir la realidad. Se distancia de las reglas de convivencia social y cuestiona valores, ideales, normas e identidades colectivas. Acorde a las teorías de evolución social, se asoma una «sociedad posconvencional» (Susanne Cook-Greuter). Lo anterior, representa desafíos mayúsculos a la hora de definir a los representantes de la Convención Constituyente, que debe ser una instancia de participación inclusiva y pluralista para todos los grupos. La igualdad, la no discriminación y la fraternidad deben estar muy presentes en el germen de la nueva constitución. Esto requiere cualidades individuales y rasgos de personalidad muy elevados y exigentes de los participantes: deben ser personas con altas capacidades intelectuales, y firmes principios éticos y estándares morales. Deben ser constructores de confianza pública, capaces de comprometerse por el bien común y tener sensibilidad social. Deben poseer una notable capacidad de escucha, ser abiertos al diálogo y saber conciliar posturas divergentes. Asimismo, deben tener conciencia de la centralidad de la persona humana, para que como país progresemos no solo económicamente, sino también moral y humanamente.

«QUE SEAN OPTIMISTAS» Marco Antonio de la Parra. Psiquiatra.

Es importante que sean personas muy generosas y con una convicción democrática absoluta. Deben estar dispuestas a escuchar más que a ser escuchadas. También, preparadas en los temas que tendrán que abordar y dispuestas a dejarse apoyar para lograr mejor preparación: deben tener la capacidad de elegir asesores competentes. Es muy importante que sean optimistas, es decir, que crean en un Chile mejor para todos, y que tengan presentes a todas y a todos en la construcción de las normas constitucionales. Ciertamente, es bueno que sean conocedores de las distintas materias, pero es básico que, sobre todo, puedan poner oreja y corazón a lo que está sucediendo en nuestro país y el mundo como demanda de cambio.

«DISPOSICIÓN A EXPONER Y A ESCUCHAR» Javiera Parada. Gestora cultural.

Capacidad de escucha y disposición tanto a exponer sus puntos de vista como a oír las ideas de los otros. Debe ser alguien que quiera construir acuerdos. Por otra parte, es importante que sean personas representativas de distintos sectores políticos, ideológicos, sociales, académicos o de las diversas actividades que se desarrollan en nuestro país. La Constitución no es solamente un conjunto de normas jurídicas. Es mucho más que eso, pues incorpora los acuerdos fundantes y fundamentales en que se sostiene una sociedad. Es útil el conocimiento técnico, pero tengamos presente que en la Convención habrá una comisión técnica que dará apoyo: por eso considero importante que participe una diversidad de personas integrantes de las realidades nacionales. Finalmente, me parece básico que se superen los obstáculos para que participen los pueblos originarios en los escaños reservados, así como es básico que se abran los espacios a los independientes. Digo esto último, teniendo presente que es muy importante que estén miembros de los partidos políticos, porque estos son esenciales para la democracia. MSJ

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Fuente: Artículo publicado en Revista Mensaje N° 695, diciembre de 2020.

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