Sudán del Sur: El espíritu del éxito

Sudán del Sur tiene proporcionalmente menos niñas yendo a la escuela que cualquier otro país en el mundo. Según algunos cálculos, menos del uno por ciento de ellas completan la educación primaria, y solo uno de cada cuatro estudiantes es una niña.

Maban se encuentra en el rincón más remoto del noreste de Sudán del Sur. Es un área muy aislada y el campamento de refugiados a veces es inaccesible por culpa del conflicto armado en la región. Tony O’Riordan, jesuita irlandés, acaba de viajar a Maban para asumir el cargo de director de proyecto de la oficina sobre el terreno del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), cuya labor cuenta con el apoyo de Misiones Jesuitas irlandesas y otras oficinas misioneras de Europa.

El JRS ha estado respondiendo a la solicitud de educación por parte de refugiados y desplazados internos desde 1992 en la zona, cuando puso en marcha, por primera vez, escuelas en campamentos de refugiados en el norte de Uganda, y luego amplió su trabajo para incrementar el acceso a la educación en cuatro asentamientos en lo que entonces era la parte sur de Sudán.

Hoy, Sudán del Sur tiene proporcionalmente menos niñas yendo a la escuela que cualquier otro país en el mundo. Según algunos cálculos, menos del uno por ciento de ellas completan la educación primaria, y solo uno de cada cuatro estudiantes es una niña. El país tiene la tasa de analfabetismo femenino más alta del mundo, lo que hace que los programas gestionados por el JRS aumenten las oportunidades para que las niñas reciban una educación de vital importancia.

Sarah vive con su familia en Bunj, la capital del condado de Maban. Su hogar está apenas a unos cientos de metros de la oficina de campamento del JRS y a más de 600 kilómetros de la capital del país, Yuba.

Hace tres años, cuando solo tenía 17, su familia casó a Sarah. En ese momento, ella estaba en el 6º grado de la escuela primaria, pero su matrimonio le impedía continuar con su educación. Actualmente se encuentra en su segundo año del Programa de Alfabetización de Adultos del JRS, a pesar de la presión de su esposo, que al principio estaba en contra de su inscripción.

Sarah se unió al Programa de Inglés del JRS con la esperanza de mejorar su dominio del idioma. Esperaba que esto le ayudara a comprender mejor las materias en la escuela primaria, a la que se reincorporó el año pasado. En la mayor parte de Sudán del Sur no hay maestros capacitados. El idioma de enseñanza es oficialmente el inglés. El árabe es tan dominante en el condado de Maban que es el idioma en el que se imparten la mayoría de las asignaturas, pero se utiliza el inglés para los exámenes nacionales. Por esta razón, entre otras, Sarah decidió matricularse en el programa del JRS.

Ella se presentó al examen final de Primaria de Sudán del Sur en diciembre del año pasado y ahora espera sus resultados. Si la situación de seguridad sigue estable, este año entrará en la escuela secundaria y, posteriormente, se presentará a sus exámenes finales en 2021.

Al igual que muchas jóvenes de su edad, la visión de Sarah de su futuro rebosa de optimismo.

“Quiero ser doctora cuando termine la escuela”, dice confiada, y agrega que su objetivo es ayudar a la comunidad. En una sociedad donde los matrimonios infantiles son la norma y las mujeres son menospreciadas, Sarah ha logrado salvar una tras otra las dificultades para continuar con su educación. La historia de Sarah dista de ser única. Hay muchas más niñas que deben superar enormes obstáculos para acceder a la educación básica.

El JRS introdujo un curso de inglés solo para mujeres en junio del año pasado, con el objetivo de responder a los retos que estas enfrentan en todo el condado de Maban. Al inscribir el mayor número posible de mujeres y niñas, este curso puede tener un importante impacto en sus resultados y éxitos en la escuela primaria.

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Fuente: http://es.jrs.net

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