Estamos frente a una nueva oportunidad. Este es el momento propicio para, con serenidad y espíritu de servicio, capitalizar lo aprendido, y plantear un proyecto que combine la ambición de futuro con un sano realismo.
La ausencia de moderación ha sido una tónica: la etapa que se abre para un nuevo proceso de cambio constitucional debe contemplar como premisa los grandes acuerdos capaces de garantizar un respaldo mayoritario.
El rol de los independientes, la inexperiencia política, un Reglamento inadecuado y una propuesta con rasgos de exceso podrían explicar el resultado final. Muchas esperanzas están ahora, sobre todo, en los líderes del Rechazo que se han mostrado favorables a retomar el proceso.