Enseñar a los niños desplazados de Camerún a vivir en paz

Una profesora originaria del noroeste de Camerún que enseña en la escuela apoyada por el Servicio Jesuita a Refugiados en Yaundé.

La escuela pública anglófona Etoug Ebe de Yaoundé, está situada en un barrio en el que la mayoría de personas son desplazadas internas por la crisis en las regiones anglófonas de Camerún. Linda* es profesora, originaria del noroeste de Camerún, y enseña en la escuela apoyada por el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) en Yaundé. Allí, intenta dotar a los niños de las herramientas necesarias para vivir en paz en la sociedad. “Creo que la educación es una gran inversión en la vida de una persona. Permite a las personas resolver los problemas que surgen en la sociedad por medios pacíficos”.

“El acceso a la educación en Camerún no es fácil para los niños. Especialmente para los que son desplazados. La situación de conflicto en la que se encuentra el país, hace que los niños vengan con muchas dificultades psicológicas y sociales. Una mente que no es libre, no puede aprender”, comenta Linda.

Camerún es un país bilingüe, y uno de los pequeños desafíos a los que se enfrenta Linda como profesora es intentar convencer a los niños anglófonos para que estudien junto a los francófonos. “No es fácil, pero intentamos asegurarnos de que las dos comunidades, especialmente en la escuela primaria, trabajemos juntas”.

Camerún es un país bilingüe, y uno de los pequeños desafíos a los que se enfrenta Linda como profesora es intentar convencer a los niños anglófonos para que estudien junto a los francófonos.

“Todas las mañanas celebramos sesiones en las que intentamos que los niños entiendan la importancia de vivir en paz. Aprender a pedir perdón, a estar cerca de los demás y a ayudar a los compañeros en dificultades”, estas iniciativas van de la mano de actividades de apoyo psicológico, “siempre estamos pendientes si detectamos algún conflicto, incluso mientras juegan. Intentamos encontrar cuál es el problema, conversamos con ellos e intentamos ser un apoyo”.

Aunque los niños vienen de contextos diferentes con retos distintos, Linda, junto con los demás profesores, intenta hacer de la escuela un terreno común donde puedan resolverse estos retos.

* Nombre de fantasía para proteger la identidad de la persona.


Fuente: https://jrs.net/es / Imagen: Servicio Jesuita a Refugiados.

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