Si se quiere una sociedad segura, habrá que hacer modificaciones operativas y legales en el corto plazo, pero una seguridad sustentable requiere un cambio cultural de proporciones significativas.
Ofrecer una propuesta constituyente generada con participación ciudadana y en tiempos razonables, que resulte atractiva y adecuada a los tiempos actuales, y que consolide el principio de paridad de género, son algunos de los objetivos que se plantean en la nueva instancia constituyente.
El sistema político chileno enfrenta un imperativo ético: superar sus diferencias ideológicas para aprobar una reforma de pensiones que comience un camino que reconcilie a la ciudadanía con su sistema de seguridad social.